El destete, no es un momento, es un proceso y no tiene por qué tener una duración determinada. Cada destete, al igual que cada crianza, es único.
Cada vez más, nos explican qué es la lactancia materna y sus beneficios, pero poco se habla de los problemas que te puedes encontrar. Te informan de cómo empezar pero no de cómo continuar y, mucho menos, de cómo terminar.
Las razones para el destete, pueden ser múltiples y diversas, nadie tiene que intervenir en ese proceso, salvo la madre y el bebé, ellos son únicamente los que deciden cuándo y cómo dejar la lactancia materna.
En muchas ocasiones, para las que somos madres y trabajadoras, el momento de la incorporación al trabajo es crítico. Existe la creencia de que si has comenzado a trabajar es el momento para introducir la lactancia artificial, pero realmente sólo es necesario si es lo que tú deseas. Yo me incorporé al cumplir Julia los seis meses, quería seguir con la lactancia materna y el sacaleches eléctrico se convirtió en mi mejor amigo. Intenté la extracción manual y el sacaleches manual pero me resultó mucho más cómodo y rápido el eléctrico. Mis rutinas tras la última toma del día y tras levantarme de la cama con desayuno en mano siempre eran las mismas, lectura en una mano y sujetar el sacaleches con la otra.
Creí que no lo iba a aguantar por mucho tiempo pero no fue así. Surgen mil cosas, como que Julia se despertase y quisiera leche y yo estaba con el sacaleches, pero al final, al menos en mi caso, hasta en esas situaciones me daban risa y las afrontaba en cada momento según mejor consideraba y hubo soluciones para todos los gustos; desde dar el pecho en una, mientas el sacaleches hacía su trabajo en la otra, hasta terminar de sacar, meterlo en un biberón y dárselo.
Lo que para mí fue determinante es entender qué tipos de lactancia hay tantos como madres y bebés, cada una es mágica porque es diferente. Yo me dejé llevar y la verdad es que tengo que decir que ha sido un destete muy paulatino y tranquilo, nada doloroso para ninguna de las dos. Fuimos disminuyendo tomas, puesto que ella tomaba otros alimentos, hasta que llegó el momento en que tomaba mañana, noche y si lo pedía en algún otro momento; posteriormente retiramos la de la noche y poco a poco la de la mañana. Me sirvió lo de «no ofrecer, no rechazar»; no le ofrecía pero si me lo pedía le daba y muy poco a poco llegamos al destete completo.
No pienses que hay que dejarlo de un momento a otro, tómate tu tiempo, escucha a tu bebé y piensa que luego lo echarás de menos, los momentos de lactancia son íntimos, únicos e irrepetibles.