Los días últimos del permiso por maternidad fueron difíciles

Aún recuerdo aquél día como si fuera hoy. Aquella noche no recuerdo si tú dormiste, pero yo casi no pude conciliar el sueño pensando en la vuelta al trabajo. En cinco meses casi no nos habíamos separado. Desde el principio yo sabía que ese día llegaría, pero no me podía imaginar que algo así creara un dilema de tal envergadura en mí… Y lo más duro, no saber qué sentías tú.

Aún recuerdo las semanas previas, llena de dudas… que pasaría con el pecho, que pasaría cuando tuvieras que dormir sin mamá, como estarías sin mí, como estaría yo sin ti, como sería tu día a día, el mío… Intentaba disfrutar cada minuto del como si fuera el último, disfrutarlo, tocarlo, sentirlo pero unos días antes no podía evitar pensar qué ocurriría sin estar las dos juntas.

Papá se quedaba contigo, eso era una enorme tranquilidad; meses antes con toda la mesa llena de papeles ajustamos al milímetro y pensamos que sí, que era factible, que papá quería quedarse contigo, todo lo demás nos daba igual: las vacaciones, las rebajas, cenar o comer fuera… Papá y yo queremos disfrutar de ti cada segundo, verte crecer, ver salir tus dientes, verte gatear por primera vez, tus primeras palabras. Nunca volverás a tener un mes, ni dos, ni tres…

El día de la vuelta al trabajo estaba por un lado contenta y por otro triste

Aún recuerdo el momento de cerrar la puerta y decirte adiós, no quería marchar al trabajo o sí, o por un lado sí y por otro no, no lo sé. Bajaba por el ascensor y cada piso me pesaba el doble, cada paso que me alejaba de casa, sentía que me alejaba de ti, cada parada de metro era un viaje mental a cada momento que habíamos vivido juntas. Quería recordar tu olor, tu tacto, tu mirada…

Al final, se puede

Aún recuerdo aquel torpe primer día como madre y trabajadora, había llegado el día de la vuelta al trabajo. Parecía que no recordaba nada, todo me sonaba a chino y me daba igual realmente porque vivía cada instante pensado en regresar a casa, en deshacer el camino y en volver a ver tu sonrisa y abrazarte. Mamá estaba torpe en el trabajo, lenta muy lenta, ansiosa y preocupada, sabía que estabas bien, pero no estaba segura porque no te tenía tan cerca. Me faltaban horas en el día para cuidarte, trabajar, cuidarme… no me llegaba el día para todo.

Poco a poco y sin saber como, todo fue encajando y mamá ya no era tan torpe en el trabajo, tú disfrutabas de tus ratos y yo de los míos, siendo en ocasiones dos y en ocasiones una. Disfrutando cada segundo cuando estás despierta y estamos juntas, disfrutando cada segundo cuando estamos lejos. Eso sí, con una parte de mi cabeza pensando siempre en ti.

Ya nada es como antes, es distinto.

No cambiaría nada a pesar de ser cansado, intenso… porque es mágico, inexplicable, inigualable.

Mamá

Dedicado a todas las madres que aún siguen de baja, a esas que les queda poco tiempo para volver. Es raro, es… Pero al final todo encaja, sin explicación, sin saber el por qué...

¿Y tú cómo viviste la vuelta al trabajo tras el permiso de maternidad?