La forma de «criar» tiene que ser decisión de los padres

Hoy, en un grupo de trabajo en el que participo, ha surgido el tema de las diferencias que existen en temas de crianza entre profesores de educación infantil entre 0 y 3 años y las recomendaciones del pediatra.

Y mira tú por dónde, es algo a lo que llevo mucho tiempo dando vueltas y con ganas de escribir sobre ello, no tanto en qué nos diferenciamos o no, si no por qué creo que hemos llegado a esta situación.

Los profesionales somos demasiado paternalistas

Lo que nos ocurre es que, tanto unos como otros, somos demasiado paternalistas con las familias, damos demasiados consejos que no tienen en muchos casos una base científica y lo que es mucho peor, en muchas ocasiones los damos sin que nos los pidan.

No creo que mi labor sea como pediatra decirle a un padre o a una madre cómo tiene que cuidar a su hijo o cuándo o de qué forma tiene que hacer las cosas. Cuando nos perdemos en el detalle, probablemente en ese detalle, empiecen las confusiones y las contradicciones, al final lo que provocamos en los padres es que se sientan perdidos. En crianza hay muy poca evidencia científica.

¿Qué hago yo?

Parto de que si no me preguntan, no doy «consejos». Si me hacen preguntas directas, contesto con lo que realmente está demostrado y si sólo me lo piden, doy mi opinión, dejando bien clara que es sólo mi opinión.

¿Dónde creo que está el problema?

Somos demasiado paternalistas, damos consejos como verdades absolutas y muchas veces sin escuchar previamente los deseos de esa familia, sus dudas o sugerencias; entramos en las vidas de las familias en muchas ocasiones como «un elefante en una cacharrería». Por otro lado, la formación del pediatra en crianza no es suficiente. Yo he aprendido muchísimo con mi hija.

¿Cuál es mi función?

Para mí, la escucha activa. No soy quién para sacar ninguna conclusión de una madre que ha decidido dar lactancia artificial o lactancia materna, no soy nadie para regañar a una madre por haber aplicado o no un método para enseñar a dormir a su hijo. Mi función como pediatra es acompañar a esos padres para empoderarlos y que críen a sus hijos como crean que es mejor, siempre y cuando lo hagan desde el amor y el respeto, y según sus decisiones explicarles cuál es la manera más segura o mejor de hacerlo, pero no soy nadie para juzgar. Y por supuesto, detectar cuando su niño está enfermo y tratarlo.

El tema que ha surgido esta mañana es el de las diferencias con la retirada del chupete o del pañal. Creo que aunque hay edades más recomendables para intentar la retirada, NO ES UNA LEY FIJA, porque cada situación según el momento que esté viviendo el niño, la familia, etc. El mejor momento para TODOS puede no SERLO para el CASO ÚNICO que tengo delante.

No se trata tanto de dar reglas, como de acompañar en temas de crianza y ayudar a los padres a que aprendan a escuchar su instinto.

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