¿El ciberbullying es un fenómeno nuevo?

No, el fenómeno es el mismos; acoso, maltrato, violencia. Lo que se ha modificado son los espacios de maltrato; ya no es el colegio cuando “los profes no ven” es Twitter, Instagram, Snapchat. ¿Conoces estas RRSS, sabes cómo funcionan? Si tienes hijos adolescentes y no sabes de que estoy hablando, investiga porque tu hijo seguro que está en ellas. También se ha modificado el tiempo, ahora no se limita a las horas de clase, basta tener un dispositivo conectado Internet; un teléfono que llevan en el bolsillo, un ordenador, una tableta…

Por la tanto ya no exista el tiempo (inmediatez) ni el espacio (en cualquier lugar) en la transmisión de la información, no hay barreras. Por tanto, la velocidad a la que se transmite la información es casi instantánea. Si tu mensaje gusta o provoca a quién lo recibe es suficiente para que se difunda como la pólvora en escasos minutos. En los riesgos para la salud, ocurre exactamente lo mismo.

Un niño si sufre acoso escolar cara a cara, tiene espacios y tiempos de seguridad al salir del colegio y fuera del horario escolar. Si sufre ciberacoso padece una victimización continua: 24 horas al día, 7 días a la semana y en cualquier lugar sin espacios de seguridad.

¿Qué es el ciberaocoso?

El ciberacoso es el acoso ejercido de forma reiterada a través de internet con la intención de provocar daño y el que maltrata o agrede domina a la víctima y la somete provocando un desequilibrio de poder. Cuando el acosador y la víctima son niños y no existe un fin sexual se denomina ciberacoso escolar o ciberbullying. Si el acosador es un adulto o hay diferencia de edad entre el agresor y la víctima y existe un fin sexual, se denomina grooming. Si la agresión se realiza en el contexto de una pareja; violencia de género.

El problema es que no existe una definición internacionalmente aceptada, la principal diferencia es si un hecho tiene que ser reiterado para considerarse ciberacoso porque un único mensaje puede ser reenviado y compartido por múltiples personas y permanecer en Internet durante mucho tiempo ¿eso se considera “reiterado” en el tiempo?

¿Es frecuente el ciberacoso?

Al no existir una definición única, es difícil realizar estudios que se puedan comparar entre ellos porque parten de premisas diferentes. Además en España hay pocos estudios a nivel nacional, casi todos son autonómicos.

Save the Children en el año 2016, realizaron un estudio con muestra representativa de ámbito estatal. Participaron 21.487 estudiantes entre 12 y 16 años de Educación Secundaria Obligatoria (1º ESO a 4º ESO). En la encuesta se realizó la distinción entre ciberacoso ocasional que se refiere a una frecuencia de “una o dos veces” y frecuente a una repetición de entre “una o dos veces al mes” hasta “más de una vez a la semana”. Los resultados muestran que un 6,9% se considera víctima de ciberacoso, destacando que el 5,8% de forma ocasional y el 1,1% frecuentemente. Dichas cifras son similares a las publicadas por INTECO en 2011, el 5,9% de los niños habían sido víctimas de ciberacoso.

¿Cómo detectarlo en mi hijo?

Los niños cuando sienten tristeza o ansiedad lo que primero manifiesta es un cambio en el comportamiento habitual, puede ser sutil y pasar desapercibido. Posteriormente comienzan con síntomas físicos, en muchas ocasiones es lo que primero cuentan a sus padres y son consecuencia del sufrimiento psicológico que está padeciendo.

Síntomas físicos: dolor de cabeza, dolor de barriga, dificultad para conciliar el sueño despertares frecuentes, fala de apetito. Son los últimos en aparecer y en muchas ocasiones los primeros en manifestarse.

Síntomas psicológicos: tristeza, ansiedad que pueden llegar a depresión.

¿Qué hacer si mi hijo sufre ciberacoso?

  • En el gooming, no tocar el dispositivo y denunciar a la policía.
  • En el ciberbullying o ciberacoso escolar pincha aquí.

¿Cómo puedo prevenir el ciberacoso?

¿Qué haces para proteger a tu hijo cuando sale con sus amigos?, ¿qué les preguntas antes de salir de casa? Cuando están en Internet no están en casa, no lo olvides.

  • ¿Con quién vas? Hay que supervisar a los seguidores y amigos de las redes sociales y dejarle muy claro que no acepte a persona que no conozca cara a cara.
  • ¿A dónde vas? Es necesario saber qué redes sociales o juegos en línea utilizan, qué formas de comunicación utilizan nuestros hijos en Internet y saber cómo funcionan.
  • ¿A qué hora vas a volver? Hay que establecer un límite claro de tiempo de uso de Internet y de los dispositivos electrónicos.
  • Cuidar la imagen que damos de nosotros mismos: las fotos, los mensajes…

Otros aspectos fundamentales:

  • La educación, siendo el “ejemplo” para nuestros hijos la mejor forma de enseñar.
  • Aplicar los mismos valores en la vida real y en la Red. La máxima es: “trata a los demás como te gustaría que tratasen a ti”. Educa en valores, educa en emociones, educa en autonomía, educa en las nuevas tecnologías.
  • La navegación compartida para enseñarles los múltiples beneficios y los riesgos.
  • Mantener una relación con nuestros hijos donde el respeto y el diálogo sean la base de nuestra relación. Si conoces bien a tu hijo serás el primero en detectar que algo está pasando. Por tanto, confiará en ti para encontrar la solución.
  • Fomenta su autoestima.
  • Fomenta su vida fuera de Internet. Las actividades deportivas, el ocio relacionado con la naturaleza han demostrado ser factores protectores.

Confía en ellos como niños, confía en ti como padre.

Aquí tienes la presentación de hoy, puedes descargarla en Ciberacoso padres.